Si hay algo que me ha enseñado el ciclismo es que cada carrera es mucho más que un desafío físico; es una historia que se escribe en el camino, una aventura que te transforma y una experiencia que queda grabada en el corazón. La Leyenda del Caribe 2024 fue, sin lugar a dudas, una de esas vivencias memorables que jamás olvidaré.
Pedaleando entre paraísos
Desde el momento en que aterrizamos en la hermosa República Dominicana, supe que estábamos a punto de vivir algo realmente especial. Con el hotel todo incluido a nuestra disposición, cada día comenzaba con un desayuno abundante, acompañado de la vibrante energía de los ciclistas que llenaban el aire de camaradería. La organización del evento fue impecable; cada detalle, desde la entrega de dorsales hasta el recorrido de las rutas, reflejaba la dedicación por ofrecer una experiencia excepcional.
Explorando el recorrido
Las cinco etapas de la carrera no solo estaban diseñadas para desafiar a los ciclistas, sino también para deslumbrarnos con los paisajes que atravesábamos. Desde amplias pistas que facilitaban el ritmo hasta senderos estrechos que se adentraban entre arena y palmeras, la diversidad del terreno nos ofreció una experiencia única. Pedaleamos a través de exuberantes caminos, disfrutando de la frescura de la brisa marina y la belleza natural del Caribe.
Uno de los momentos más memorables en La Leyenda del Caribe 2024 fue nuestra visita a un cenote asombroso, donde nos detuvimos para refrescarnos. Ese contacto con la naturaleza, combinado con la alegría de pedalear con nuevos amigos, hizo que cada etapa fuera una celebración de la vida.
Una travesía inesperada: el rescate de Leyenda, la gatita
Lo que marcó la esencia de esta aventura ocurrió en la segunda etapa, un día lluvioso que se convertiría en uno de mis recuerdos favoritos. Mientras pedaleábamos bajo una torrencial lluvia, escuchamos un maullido en medio del silencio de la tormenta. No pudimos ignorarlo, así que decidimos investigar y encontramos a una pequeña gatita temblorosa. La metimos bajo el maillot, intentando mantenerla caliente mientras continuábamos nuestro trayecto. Durante más de 10 km, rodamos con ella, cuya voz se sumaba a los sonidos de la lluvia. Finalmente, llegamos a un avituallamiento donde Margarita, una de las acompañantes, se enamoró de la pequeña. La arropó con una toalla y la cuidó durante el resto de los días en el hotel. Leyenda no podía volar hasta que le diesen permiso, ya que necesitaba pasar por procesos de vacunación y análisis. Tras un proceso de cuidados en República Dominicana, Leyenda, como decidimos llamarla, voló a Colombia para unirse a su nueva familia, Margarita y Mario, convirtiéndose en parte de su hogar.Más que una carrera, una conexión con la gente
La Leyenda del Caribe no solo implicó un reto físico; también fue una oportunidad para conectar con personas increíbles. Me sentí afortunada de rodar con mujeres inspiradoras que, al igual que yo, compartían la pasión por el ciclismo y la aventura. Cada encuentro con estos nuevos amigos, además de los que ya conocía y coincidí en la carrera, sumó una profundidad a la experiencia. Recorrimos los senderos y cruzamos puentes, disfrutando de cada kilómetro mientras reíamos y compartíamos historias de nuestras vidas.
Las noches en el hotel eran un verdadero festín: risas, charlas sobre la etapa del día y disfrutar de la gastronomía local. La organización cuidó cada detalle, permitiéndonos centrarnos en la emoción de la carrera y del entorno. Las dinámicas en grupo, las comidas compartidas y los momentos de descanso crearon una atmósfera de camaradería que hacía sentir a todos como en casa.
La magia de viajar con la bici
Viajar con la bicicleta va mucho más allá de ser un simple turismo; es una forma de sumergirse en un lugar, de conocer su cultura, sentir el clima y crear recuerdos imborrables. No importa si te sorprende una tormenta tropical o si terminas empapada en una aventura; cada momento vivido se convierte en un capítulo de nuestra historia personal.
La Leyenda del Caribe 2024 fue una aventura épica; una celebración de kilómetros, esfuerzo y amistad. Además, pueden revivir cada etapa a través de los reels creados en el perfil de Ser Mujer Ciclista y el de Lorena Isasi. Al final del día, el ciclismo no es solo sobre pedalear: es vivir, descubrir y compartir.
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